viernes, 9 de septiembre de 2011

Los Buitres del Maestrazgo.




Llegué a Valderrobles, uno de los primeros pueblecitos serranos de la comarca del Matarraña, provincia de Teruel, ya casi anocheciendo. Tras una escasa media hora de viaje desde Morella, me encontraba esperando a José Ramón Moragrega, el director de un proyecto que supone la esperanza para la pervivencia de una especie de la que se enamoró desde niño, el buitre leonado (Gyps fulvus).

Visitante asiduo de los bien conservados montes del Alto Maestrazgo castellonense, siempre me había preguntado cómo era posible que el buitre leonado abundase tanto en esta sierra donde desgraciadamente, las masías tradicionales han sido poco a poco abandonadas, al igual que la trashumancia, factores de especial trascendencia para la supervivencia de estas aves que tienen en las reses muertas su fuente de alimento. El proyecto de José Ramón y su ferviente colaboradora y mujer, Loly, me dio la respuesta. Desde 1990, José Ramón Moragrega, emprendedor propietario de la finca “Mas de Buñol”, consiguió con el esfuerzo del día a día atraer y alimentar a las rapaces con los restos de conejos de su granja. En mayo de 2000 y con el apoyo de la Administración y entidades privadas, nació así la “Fundación Matarranya Nature” para la conservación de los buitres y otras carroñeras. A partir del año 2005, el proyecto comenzó a evolucionar y gracias al esfuerzo y perseverancia de J. Ramón y Loly se construyeron unos “hides” insonorizados desde el propio edificio de la masía colindante al comedero, para que cualquier persona amante de la naturaleza pudiera observar la evolución de estas impresionantes aves a pocos metros.

Ubicado desde el interior del “hide” vi aparecer a José Ramón en el muladar con su carretilla llena de restos. Una nube de aves gigantescas de cerca de dos metros de envergadura ensombreció el cielo. Según José Ramón había más de 500 ejemplares. El gran misterio de la abundancia del buitre leonado en los montes de Castellón quedaba resuelto. Existen otros comederos y muladares por la provincia de Castellón como el de Villahermosa, que cumplen una función fundamental para la pervivencia de estas aves. Gracias a estas esforzadas iniciativas, el 80% de la población de buitres leonados de Europa, cría en la península Ibérica.